domingo, 13 de noviembre de 2016

LEALTAD, DISCIPLINA Y CONCIENCIA EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS

 
           Entendemos por lealtad el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. Frente a la lealtad, muchos esgrimen la disciplina de voto; pero el artículo 67.2 de la Constitución Española afirma que los miembros de las Cortes no están ligados por mandato imperativo, y el artículo 79.3 señala que "el voto es personal e indelegable"; es decir, que "no hay mandato imperativo para ningún diputado", según expresare la exmagistrada del Tribunal Supremo y candidata socialista al Congreso, Margarita Robles. Sin embargo, el reglamento interno del PSOE, en su artículo 76, discrepa: "Los miembros del Grupo Federal del PSOE asumen y están obligados a acatar la declaración de principios y resoluciones aprobados en el Congreso Federal del partido." Frente a la lealtad a los principios del partido y sus resoluciones, la ausencia del mandato imperativo, se yergue también la libertad de conciencia. El voto en conciencia el día de la investidura de Mariano Rajoy era un "derecho innegable" que hubieren los diputados que votaren "no", en virtud de su reglamento interno, argumento empleado por los díscolos en defensa de su derecho a votar en conciencia, que situaban en él "una concepción ética de la política" (véase gaceta.es/noticias/crisis-psoe, de 07/11/2016). Frente al dilema planteado en las filas socialistas tras un año de bloqueo institucional, el portavoz socialista, Antonio Hernando, proclamó: "Ni abstención mínima ni libertad de voto en conciencia" (véase 20minutos.es, de 26/10/2016).
            La libertad de voto en España es un déficit democrático que no se da en Europa. En los dos partidos mayoritarios en España (PP y PSOE) tenemos ejemplos bastantes de esta dicotomía, que llevó a quince diputados socialistas a votar en conciencia "no", en contra de la resolución aprobada por el Comité Federal. En el PP, el senador del Grupo Popular por León, Juan Morano, dijo que "la disciplina es para el ejército" y votó en contra del recorte de ayudas al carbón para su tierra. El senador fue suspendido cautelarmente de militancia y se le abrió  expediente sancionador. No esperó a su conclusión y dio un portazo a su partido, dándose de baja. La diputada y exalcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, es reconocida como la díscola de su partido, al votar a favor de la ley de matrimonio homosexual, que su partido rechazó, o en iniciativas a favor del aborto... y ahí sigue... En la votación de la reforma de la Ley del Divorcio, en la que el PP se abstuvo, rompieron la disciplina de voto cuatro diputados populares. En septiembre de 2011, dos diputados aragoneses rechazaron la moción aprobada por PP, PSOE y CIU en defensa del Corredor Mediterráneo como prioritario. Los diputados extremeños Carlos Floriano y Alejandro Ramírez del Molino (este último, fallecido el pasado 26 de agosto) se abstuvieron. El primero dijo que, "en su caso, había sido un error"...
            En el Partido Socialista, en junio de 2010, el diputado Antonio Gutiérrez se abstuvo en la reforma laboral de Zapatero. En agosto de 2011, el mismo diputado votó en contra de la reforma de la Constitución para garantizar la estabilidad presupuestaria. En febrero de 2013, la diputada Carme Chacón y otros trece diputados del PSC fueron sancionados por no respetar la disciplina de voto en el debate de dos iniciativas de CIU e ICV por el derecho a decidir en Cataluña. La primera no apretó el botón, mientras sus compañeros votaban a favor y los socialistas en contra. Quién no recuerda a los llamados "jueces del PSOE", Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) y Ventura Pérez Mariño (Vigo, 1948), números 2 por Madrid y 1 por Lugo, en 1993, quienes rompieron la disciplina de voto en varias ocasiones y renunciaron a su acta de diputado, el primero en 1994 y el segundo al año siguiente.
            Los diputados díscolos del PSOE han justificado su voto negativo por razones de ética o conciencia, incluso dos de ellos, pertenecientes a la dirección anterior, justificaron su abstención por "imperativo, abstención", sin valor jurídico alguno. Otros, en cambio, adujeron la disciplina de voto en su decisión de virar del "no" a la abstención, aunque fueren considerados traidores a su jefe, Pedro Sánchez, como su portavoz, Antonio Hernando, y el secretario de Organización, César Luena. El primero traspasó su discurso del "no es no" a la abstención con estas palabras: "No podemos ni queremos permitir que los serios problemas que padecen los ciudadanos estén bloqueados por el puro egoísmo" (elmundo.es, de 27/10/2016). El segundo, mano derecha de Sánchez, afirmó que cumplirían con la disciplina de voto si su partido decidía la abstención. Y así fue. Y al secretario general, obligado a dimitir por el Comité Federal, no le quedó otra opción, por conciencia, que marcharse también como diputado, como había predicho Ibarra, quien había anunciado que "tendrá la decencia de marcharse si vota en contra" (véase noticiascuatro. com,  de 28/10/2016).
            Qué decir, en cambio, de los diputados extremeños: a Pilar Lucio, número 1 por Cáceres, y secretaria del Cambio Climático y de la Sostenibilidad en la ejecutiva de Sánchez,  le asaltó la duda cartesiana: primero dijo que se debía a Sánchez y después acató lo que dijo el Comité Federal. El 1 de octubre solo le faltó llorar. No, señoría: usted se debía primero a su secretario regional, quien fue el que la hizo consejera y quien la puso de número 1 al Congreso, y después, al secretario federal, por muy cerca que estuviere de él; y, sobre todo, al Comité Federal. Esa duda ya le vale su postergación en la próxima lista. No vale usted para la política, por mucho que se lo crea. Ya se lo dijo Monago en su discurso de investidura al calificarla como "consejera de desigualdad y desempleo". Y, encima, usted sonreía... No están las cosas para sonreír. Usted ha dudado entre su sillón y su supervivencia y al final se inclinó por ella; pero ya es tarde. Sin embargo, su compañero, César Ramos, fue más cuco: a pesar de reconocer su cercanía a Pedro Sánchez, apostó por la lealtad a ambos secretarios, al regional y al federal. Y por Badajoz, Marisol Pérez, al igual que su compañero José Ignacio Sánchez Amor, se decantaron por la abstención. Y "abstenerse no es apoyar al PP bajo ningún concepto" (véase Fernández Vara, en politica.elpais.com, de 30/08/2016). Ahora toca pactar, lo que no hicieron en un año, pero lo cobraron de todos.
 

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