sábado, 23 de enero de 2016

LA DECLINACIÓN DE RAJOY A LA PRIMERA INVESTIDURA

 
           El comunicado de la Casa de S. M. el Rey de ayer tarde fue claro y conciso: cuatro puntos escuetos en los que se afirmaba que había concluido la ronda de consultas iniciada el día 18 con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, en cumplimiento del artículo 99 de la Constitución; que en el transcurso de la última consulta (por orden de menor a mayor representación), celebrada con don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno, que este le ha agradecido y declinado; el Rey informó al presidente del Congreso, don Patxi López Álvarez, de la decisión del señor Rajoy Brey, y convocó a aquel para el lunes 25, a las cinco de la tarde, al objeto de que le facilite la preceptiva lista de representantes designados por los grupos políticos para llevar a cabo una nueva ronda de consultas que se iniciará  a partir del miércoles día 27 de la próxima semana...
            Declinar es, según el Dicionario de la RAE, rechazar cortésmente una invitación; rehusar; rechazar una invitación o responsabilidad, sin el valor de conformidad o aceptación que se da en algunas informaciones.  No es, por contra, aunque hubiere similitudes, el conjunto de casos o variaciones morfológicas de una palabra (sustantivo, adjetivo, pronombre, artículo), organizado en paradigmas que expresa diferentes funciones sintácticas en ciertas lenguas, como en los casos de la declinación latina: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo. No ha declinado Rajoy los casos de la lengua madre; ha rechazado simplemente la invitación del monarca, que le asistiere por derecho y deber. Declina sin renunciar, lo que no supone renunciar a la Presidencia; simplemente le pasa la palabra al siguiente. Es la primera vez que el candidato del partido más votado rechaza presentarse a la investidura. ¿Por qué? Él mismo lo ha dicho: porque no cuenta con la mayoría para lograrla, aunque mantiene la candidatura.
            La decisión del primer candidato "in pectore", al ser el más votado, obliga al Rey a realizar una nueva ronda de contactos hasta proponer otro candidato. La renuncia de Rajoy, empero, no hace correr el plazo de dos meses para unas nuevas elecciones, que solo empieza a partir de la primera votación.
            El jueves, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, sorprendía a la opinión pública al desvelar que "Rajoy tiene un plan B de cara a la gobernabilidad de España y que no tira la toalla" (véase larazon.es/españa, de 21/01/2016) y añadía que Moncloa está preparando el discurso de investidura y que no le constaba que se estuviera planteando renunciar al debate. El ministro ha fallado en sus previsiones iniciales; pero, efectivamente, el presidente en funciones tenía un plan B a más largo plazo. No puede decirse, en cambio, como el secretario general del PSOE y líder de la oposición, Pedro Sánchez, afirmare el mismo día que "si Rajoy no se presenta a la investidura, que se vaya para casa", ni tiene por qué dimitir, como dijere su secretario de Organización, César Luena, porque tiene la misma legitimidad de diputado que ellos. (Véase elpais.com/politica, de 21/01/2016), sobre todo tras su negativa de "no es no" a pactar con él, con su partido o con cualquier otro candidato que se presentare". El día 28, Rajoy recibía a Pablo Iglesias (Podemos) quien, tras una hora y 45 minutos de reunión, dijo a la salida lo que ya se sabía: que su partido no apoyará ningún gobierno del PP ni con Rajoy ni con ningún otro candidato. (Véase 20minutos.es, de 28/12/2015). En su reunión con Albert Rivera el mismo día, el líder de Ciudadanos dejó claro que "no va a apoyar a ningún gobierno del Partido Popular ni va a estar en ningún gobierno que presida o encabece", (véase 20minutos.es, de 28/12/2015) sino que estaría en una "oposición útil y responsable", aunque se mostró partidario de favorecer con su abstención la investidura de Rajoy.
            Por qué, entonces, ha declinado presentarse a la investidura el líder del partido más votado... Rajoy se ha visto obligado porque "no estaba en condiciones de ser investido", al no tener los votos suficientes para presentarse a la sesión de investidura (véase okdiario.com/españa, de 22/01/2016) y porque no solo no tiene mayoría, sino por la mayoría absoluta en su contra, liderada por Pedro Sánchez, con el respaldo de sus "socios" de Podemos. El candidato del PP manifestó ayer en su rueda de prensa que seguirá trabajando para conseguir una mayoría de gobierno, al considerar que la suya es la mejor opción de gobierno para los españoles y, mientras tanto, deja la `patata caliente´ a Pedro Sánchez para que intente cerrar su pacto de izquierdas, que contaría con más votos a favor que la suya y menos votos en contra. Sin embargo, ayer mañana se produjo un hecho que hizo cambiar el guión que tenía preparado Rajoy: Pablo Iglesias ofrecía una rueda de prensa en el Congreso tras su entrevista con el Rey por la mañana y lanzaba un órdago a Pedro Sánchez ante el asombro e indignación de los socialistas, que lo consideraron "humillante" e "insultante". Rodeado de su `futuros ministros´, exigía de entrada ser el vicepresidente de un hipotético gobierno presidido por Sánchez y reclamaba para su formación los principales ministerios: Economía, Defensa, Interior, Asuntos Exteriores y Educación; más aún: un Ministerio de la Plurinacionalidad, que estaría en manos de Xavier Domenech, de En Comú Podem, de Ada Colau, además del control de TVE. (Íbid.). Pedro Sánchez fue informado en Zarzuela por el propio Rey de la propuesta de Iglesias: "Entré en Zarzuela sin un gobierno y parece que ya tengo los ministros y ministras. Hay que ser muy cuidadosos con los procedimientos, los tiempos de la democracia... Hoy es el turno de Mariano Rajoy, que como primera fuerza política tiene el derecho y la obligación de presentar su investidura al Congreso de los Diputados, candidatura que votaremos en contra. En caso de que Rajoy no logre formar gobierno, el PSOE va a responder a su responsabilidad para que haya un gobierno estable en España..." (Véase diario.es/politica, de 22/01/2016).
            Querer no siempre es poder: Rajoy quería, pero no puede todavía; Sánchez e Iglesias quieren, pero no deberían. Todos somos responsables; podemos cambiarlo todo y ser dueños de nuestro destino; pero no a cualquier precio. No podemos seguir sufriendo teniéndolo todo, sin tener nada. Es mejor una retirada a tiempo que una batalla perdida; una retirada a tiempo que un sufrimiento perecedero. El Comité Federal socialista del sábado 30 debe poner freno a la arrogancia de Iglesias que, como afirmare Madina en twitter, "se parece más a una humillación que a un intento de negociar nada", y Rubalcaba añadía: "Es la primera vez en mi vida que oigo ofrecer un acuerdo de gobierno insultando gravemente al partido con el que quieres acordar." (Véase abc.es/españa, de hoy). O lo que dijo García Page, presidente de Castilla-La Mancha: "Para pactar con Podemos, lo primero que hay que tener claro es lo que no podemos."  (Véase huffinttonpost.es, de 21/01/2016). Muevan ficha, señores, por el bien de España, porque aquí el único que parece estar en su sitio es el Rey. El resto sopla según por donde venga el aire. "¡Qué tropa, joder, qué tropa!", que diría el conde de Romanones.
 

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