jueves, 10 de septiembre de 2015

A PROPÓSITO DE LA SOCIEDAD CIVIL

 
           La socióloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, María Ángeles Durán, Medalla de Extremadura 2009, --quien cerró como invitada las intervenciones del acto de entrega de las Medallas de Extremadura en el Teatro Romano el día 7, suscitó un tema de muy reciente actualidad: la sociedad civil. Dijo la doctora Durán que "los políticos también son sociedad civil cuando dejen de serlo". (Véase mujerextremadura.es, de 10/09/2015), "algo tan bonito, pero a la vez tan serio, que tiene miga", reconoció.
            El día 8, Día de Extremadura, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, escribía en un artículo titulado "Abrimos la puerta y la libertad se coló sin llamar" (véase meridadigital.com, de 08/09/2015), en el que afirmaba: "Se suele distinguir entre políticos y sociedad civil, y creo que es un error, porque sociedad civil somos todos". ¡Vaya si tiene miga el sintagma que ni hasta sociólogos y políticos se ponen de acuerdo en su significado! Otro profesor de Historia y político, exalcalde de Mérida, Ángel Calle, se preguntaba en un mitin en la campaña electoral de 2007 "qué es eso de la sociedad civil", poniendo en duda ante quienes utilizan el sintagma que existieran otras sociedades, y no estamentos o clases dentro de la sociedad, como han existido siempre.
            Los medios de comunicación reiteran con una frecuencia más de la deseada que "al acto celebrado en la Asamblea acudieron autoridades civiles, militares y religiosas, además de representantes de la sociedad civil..."; es decir, convertimos en "autoridades" a los estamentos militar y religioso --como si lo fueren--, mientras que al resto lo englobamos en lo que damos en llamar sociedad civil. Ya escribí en cierta ocasión el sonrojo que me produjo que una secretaria, después diputada regional, considerara "autoridades" a funcionarios con habilitación nacional y a los propios del ayuntamiento en un acto civil celebrado en un teatro placentino... ¡Todavía hay clases! Los militares, como los eclesiásticos, no son autoridades, sino mandos y jerarquías, desde el primero hasta el último; estamentos sociales, como los funcionarios, los maestros de escuela, los artistas, artesanos, parlanchines de feria o cualesquiera otros oficios que se dan cita en la sociedad civil, una sociedad compuesta por cives, ciudadanos...
            Olvidamos el origen latino y nos subimos de rango a nosotros mismos para no ser menos que los demás. Ciudadano viene del vocablo latino  civis; en plural cives. La Constitución Española del 78 dice en su artículo 14 que "los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social" y regula, además, sus derechos y deberes, entre ellos el 23.2, en el que se dice que "tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes" y en el 23.1 habla de que "los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes...." Es preciso recordar con más frecuencia el artículo 1.2 de la Constitución; "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado."
            Mariano Arnal, en su trabajo "Etimología de las palabras que forman la idea de ciudadanía", afirma al hablar de la sociedad civil: "Cuando uno piensa en parámetros políticos o sociológicos, a la hora de buscar un nombre que haga una buena pareja con el adjetivo civil, el primero que se le ocurre es sociedad, quizá porque esta asociación léxica es de creación muy reciente, inventada nada más y nada menos que para oponerla a la clase política y al poder político en general; para delimitar una arbitraria distinción entre los derechos civiles y los derechos políticos. Tan flagrante es el saqueo que ha hecho la clase política de los derechos civiles y la usurpación de personalidad de la ciudadanía, que la lengua ha tenido que suplir con nueva terminología lo que la política (la acción ciudadana o civil) por antonomasia le ha robado a la ciudadanía." Por algo la clase política es denominada por ciudadanos desahuciados como casta, en sentido peyorativo, como grupo que forma una clase especial y que tiende a permanecer separado de los demás...
            Juan Jesús González, en su trabajo "El debate postmarxista sobre las clases" (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, Política y Sociedad, 11, 1992, Madrid, págs. 27-48) alude al desplazamiento de las clases sociales, "ya sea por la emergencia de nuevos sujetos sociales de evidente protagonismo..., ya sea por el retorno de un difuso sujeto llamado sociedad civil".
            Sí: los políticos también son sociedad civil, pero no retornan a ella al dejar la política; están en ella porque son ciudadanos con todos los derechos civiles, no como los patricios y plebeyos en el Imperio Romano; la nobleza el clero y el campesinado en la Edad Media; o la oligarquía financiera y terrateniente, la burguesía empresarial, y las clases medias y populares del franquismo. ¡Eso sí eran clases... y todavía las hay!, como la casta que nos gobierna que, en la región más pobre, se digna cobrar tres y cuatro veces más que el sueldo medio del resto de lo que ellos llaman sociedad civil, y no como solicitaban los podemitas, tres veces el salario mínimo... ¡Ya, ya, qué risa con quienes dicen defender a los otros, y, además, hasta se libran de pagar a Hacienda...!
 

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