sábado, 20 de junio de 2015

EL GÉNERO ORATORIO EN LOS PORTAVOCES PARLAMENTARIOS

 
           En estos días, en que los partidos cambian de portavoces o nombran a los suyos, conviene distinguir entre el portavoz de partido y el portavoz parlamentario. Entre uno y otro hay sutiles diferencias: mientras el primero transmite a los ciudadanos los argumentos del partido, los segundos bregan en los hemiciclos con el resto de portavoces para defender las propuestas emanadas de su fuerza política y avaladas por su grupo parlamentario.  No tuviere el portavoz del partido otra misión más fácil que la de persuadir a los oyentes y lectores del argumentario del partido. Su misión es la suasoria, como la primera especie de los géneros de la oratoria. Las más de las veces, busca convencer al auditorio --a través de los medios informativos a los que se dirigiere-- de lo que se quisiere transmitir a los ciudadanos. Asume el portavoz parlamentario la elocuencia derivada del primer género oratorio, el genus iudiciale, la defensa o acusación, planteadas en términos de justicia e injusticia, acusación y defensa ante el juez, que deriva en la elocuencia, o el arte del bien hablar y decir, no ahora judicial, sino en el lenguaje político, la palabra pública, libre, expresada en la tribuna, que asume otras especies además de la suasoria: la contraria, o disuasoria, en oposición al discurso del gobierno; la vituperadora o la indagatoria. Un segundo género de la oratoria es el conocido como genus deliberativum, o cómo afrontar el futuro (el discurso de investidura, el de la moción de censura, o de la confianza solicitada ex professo). Y un tercer género, el del encomio o el vituperio: el genus demonstrativum.
            Decíamos ayer que Rajoy ha convertido a nuestro Carlos Floriano, director de la campaña electoral de 24-M,  en chivo expiatorio de la derrota electoral al destituirle como vicesecretario y apartarle al Comité de Dirección del Grupo Parlamentario, y a Esteban González Pons como secretario de Estudios, aunque continúe como portavoz del PP en el Parlamento Europeo. (Véase cuartopoder.es, de 18/06/2015). Sosteníamos en nuestro artículo "Floriano, apartado del aparato del PP" (véanse DEX, MéridaComarca y mi blog en Radio Interior, de la misma fecha) que Floriano ofrecía imagen juvenil, pero no transmitía ni empatía ni emoción comunicativas, al contrario que González Pons, quien se pasare de la raya en su mayor énfasis dialéctico, añadiendo al género oratorio la especie suasoria, y también la vituperadora y acusatoria contra otros partidos, que no venían al caso, que tan bien se le daban al exsecretario de Organización del PSOE, José Blanco, contra Rajoy al actuar como portavoz de su partido.
            Pues, ¿y en Exremadura: qué genero oratorio y especies utilizaren nuestros portavoces extremeños en la Asamblea? Luis Alfonso Hernández Carrón, hasta su nombramiento como consejero de Salud y Política Social en el gobierno de Monago (el tercero, tras Jerónima Sayagués, nombrada a comienzos de 2012 subdelegada del Gobierno en Cáceres; y Francisco Javier Fernández Perianes, obligado a dimitir por incompatibilidad legal, al pasar consulta privada en Portugal el mismo año), aparece como un portavoz apocalíptico, de voz estruendosa y las especies todas del género oratorio en sus intervenciones. Podría o no convencer, pero se mostraba elocuente y persuasivo. Le sucede en 2012 Miguel Cantero quien, a pesar de ser abogado y portavoz del partido en Extremadura, no asume los polos de acusación y defensa, propios del genus iudiciale, que le fueren propios, y que tampoco demostrare en su legislatura anterior en Plasencia, y su portavocía pasa, como la de Floriano, inadvertida, como los buenos árbitros. A Cantero le sucede (no hay dos sin tres) Francisca Rosa, exalcaldesa de Jerez de los Caballeros, hasta el fin de la legislatura. A Rosa le falta la figura apolínea de Floriano y carece, como aquel, de toda capacidad de convicción y elocuencia, al mostrarse más vituperadora que suasoria con sus ideas, sin elocuencia y alternar el elogio propio con el denuesto de lo ajeno. No ha tenido en su historia en la Asamblea de Extremadura mejor orador el PP que Javier Casado Izquierdo que, como abogado, uniere como nadie los polos del primer género oratorio, el genus iudiciale, tanto en la acusación como en la defensa; pero abandonó por propia voluntad la portavocía al término de la legislatura 2007-2011... y el PP se perdió la mejor promesa política de futuro.
            Por el PSOE, Valentín García, que repite en la próxima legislatura, con una amplia experiencia en el sindicalismo, que tanto le fastidiare a Monago --como si él le reprochare que fuere bombero antes que político-- asume la portavocía en la Cámara con un amplio bagaje de sindicalismo de mesa, negociación y calle, con lo cual solo le bastare un esquema para asumir en sus intervenciones la máxima de Domingo Ortega sobre el toreo: parar, templar y mandar. "En el toreo  (como en la política) todo lo que no sea cargar la suerte, no es torear, sino destorear", decía el maestro. Y así, en el segundo día del debate de la moción de censura contra Monago, de mayo de 2014, tras hacerle bajar el tono de voz de la primera jornada, dijo: "Ya veo que usted ha bajado el diapasón...", mientras el presidente sonreía incrédulo en su escaño...
            Pedro Escobar, portavoz de IU en la última legislatura, aunque asume como profesor que fuere el arte de la elocuencia, no persuade de nada, porque su palabra libre es la palabra bis del gobierno al que hubiere dado su apoyo, y deja entonces de ser libre para convertir su palabra en más suasoria que vituperadora. Y por eso la ha perdido: porque no se puede poner una vela a Dios y otra al diablo del dinero y porque su política abstencionista le ha conducido a la derrota.  Por eso se ha quedado en fuera de juego. Y ya van dos legislaturas, pero no aprenden... Ya se caerán del guindo algún día.
 
 

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