viernes, 24 de abril de 2015

24-M: UN MES PARA LA CITA

 
           Falta un mes para la cita con la meta: el 24-M es la fiesta cristiana de Pentecostés, el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia. Hay un paralelismo entre el calendario litúrgico cristiano y el electoral. La fiesta eclesial es uno de los domingos más importantes del año tras la Pascua, cincuenta días tras aquella. En el Antiguo Testamento, la fiesta de la cosecha, que los israelitas unieron a la Alianza, cincuenta días después de la salida de Egipto. Termina la Pascua. Es la fiesta más importante tras la Pascua y Navidad. Llega el Espíritu Santo y la Iglesia inicia sus actividades. Los ortodoxos la celebran una semana después.
            Nadie verá este paralelismo entre el que ha de venir y lo que está por llegar. Apenas alguien observará que este día recuerda la entrega de los mandamientos al pueblo elegido cincuenta días después de su salida de Egipto. Nadie entonará el Veni, Sancte Spiritus/ Et emitte caelitus/ Lucis tuae radium (Ven, Espíritu Santo/ y desde el cielo/ envía un rayo de tu luz/). Necesitamos algo más que un día de reflexión para votar en conciencia el cambio por venir, quizás el más importante en cuarenta años, en que la partida no se juega ya entre dos, sino entre cuatro; un día en el que no se votará "por el cambio", sino por un recambio que muchos no desearen y que otros rechazan.
            Ni siquiera como ciudadanos nos preparamos para la hora de la luz que ansiamos y no para las tinieblas que nos asolan: el paro sube hasta el 24 por ciento (los sindicatos afirman que los datos son malísimos: 35.400 parados más en la legislatura, y se continúa destruyendo empleo), mientras los gobernantes lo consideran un triunfo del pueblo (véase Digitalextremadura de ayer). La corrupción nos sobresalta cada día con nuevos escándalos y España escala posiciones en el mapa mundial (del 22 de hace diez años al 38 actual (véase El Mundo de hoy). Ni los nuevos profetas del cambio se libran de un transfuguismo tanto exterior como interior: ayer se conocía que el número tres de Podemos y secretario de Programas, Juan Carlos Monedero, militó en el PSOE entre 1982 y 1986, cuando vio la posibilidad de un cambio real y no de un recambio, como afirma su jefe de filas; pero la burocracia y la disciplina de partido le desencantaron y abandonó. Se apuntó a IU, en la que militó mucho tiempo, pero antes fue interventor del PCE porque no existía la coalición. (Véase El Correo.com). Los electores caen en la desafección y no saben qué votar, menos aún a representar a los partidos en las mesas como interventores. El presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, tiene dificultades para fichar interventores y apoderados, ante el desánimo por los escándalos y la irrupción de Ciudadanos, que le complican su antaño poderosa maquinaria. (Véase El País de hoy). La elección de la presidenta andaluza sigue aún en el aire, aunque dimita Griñán y Chaves anuncie que se retira al final de la legislatura. (Íbd.). En la capital del Reino y en su Comunidad, el PP lo tendrá difícil para gobernar con mayoría, y el partido en el gobierno reconoce que está al filo de perder ambas, al cambiar el sentido del voto útil. Muchos no saben/no contestan aún qué van a votar: dos hombres hablaban parados en la acera y uno le confesaba al otro que no sabía a quién votar; su amigo le replicaba que él votaría al Partido Animalista. Los dos sujetaban a sus mascotas atadas a la correa...
            No han rematado aún los partidos sus programas; quizá no lleguen a los electores, que voten guiados antes por un cambio de rumbo que por un giro basado en propuestas y programas que ni conocerán ni habrán de cumplirse. Ciudadanos revisa su programa económico; Podemos retrasa su memoria económica. (Véase El País). Los candidatos reclaman a sus santones del pasado, como los cristianos al Espíritu Santo, para ver la luz que no les llega.
            Extremadura no llega ni a meditar, aburrida entre el "hazmerreír de las monagadas", la manipulación de los medios públicos (DEX), las fiestas para distraer, los cohetes para alumbrar la luz de la noche, en una Comunidad en la que hasta las festividades religiosas son objeto de utilización electoralista y en la que no pasa día en que nos anuncien el paraíso terrenal que habrá de llegarnos si les votamos a ellos, solo profetas en las instituciones que han gobernado como sus cortijos particulares..., y encima se lo creen. Veni, Sancte Spiritus..., liberanos, Domine, a malo (Ven, Espíritu Santo; líbranos, Señor, del mal...).
 
 

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