jueves, 14 de agosto de 2014

"ÁTAME" A GRANADILLA

 
           "Mira: tienes que venir a mi pueblo. Está aquí, entre Plasencia y Hervás. Se llama Granadilla." El actor Antonio Banderas (Ricky en la ficción) se confiesa así a su secuestrada, y ya seducida Marina (Victoria Abril) en la película "Átame", de Pedro Almodóvar (1990), "un noviazgo forzado" por el protagonista, dice Almodóvar. Ha concluido el secuestro, descubierto por su hermana Lola (Loles León). Ricky cumple su promesa; retorna a su pueblo natal. Recorre las calles destruidas por el abandono que se produjo desde 1965. Saca una foto rancia de su bolsillo: en el dintel de la puerta de una calle angosta, por la que apenas se puede andar,  aparece un número: el 11. Allí está él, frente a su antigua casa derruida, niño aún, con sus padres. Esa foto le trae un recuerdo: mientras Marina le cura las heridas con las que llega a casa durante su secuestro, tras la paliza recibida, la desata y, mientras le cura en el baño, se lo cuenta: cómo su madre afeitaba a su padre con maquinilla eléctrica en el patio de su casa (sería a pilas, porque a Granadilla no llegó la luz hasta 2006, gracias a las placas solares). Mira, y remira la fachada y la foto. Sube después a lo alto del castillo, a solas con su memoria de niño, la memoria no perdida de la villa, aun arrancado de ella.
 
            Por el entonces polvoriento camino vecinal --único acceso desde Zarza de Granadilla a la villa perdida de las tres culturas que la habitaren: árabes, judíos y cristianos-- se acerca un vehículo, que para ante la misma Puerta de la Villa. Descienden de él Lola y Marina. Sube Marina al castillo, "como una princesita", según el director,  incrédulo Ricky ante la visita. Le llama: "¡Ricky!", tras el amor consagrado por el vínculo y la convivencia. Aparece él junto a las almenas, al fondo el lago del embalse, formado por el lecho del río Alagón tras la presa de "Gabriel y Galán".
            Bajan ambos del castillo. Ricky le dice a su hermana:
            -- "Siento lo que ha pasado.
            Lola: --Y espero que no vuelva a pasar...
            Ricky: -- Y yo también.
            Lola: --¿Te importa ir detrás?
 
            Ricky asiente.
 
            Conduce Marina; a su lado, su hermana Lola, que entona la canción del Dúo Dinámico "Resistiré" (letra de Carlos Toro Montoro, interpretada por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa; Sony, 1988), que hace aún más popular esta película.
            Veintiún años después de su estreno, Almodóvar y Banderas asisten el 19 de septiembre de 2001 al estreno de la película en el programa "Versión española", que presenta Cayetana Guillén Cuervo, entonces en La 1 de TVE, días después del estreno de "La piel que habito" (2011), cuatro Goyas y el premio BAFTA británico a la mejor película extranjera. El director califica la canción como "un himno a la supervivencia" y "esencial" en la película. "Ronco --asegura--,  no le llega la nota y Antonio se esfuerza por complacer a las dos mujeres"; tatarea en principio y canta con ellas la canción... Van dejando atrás Granadilla entre sus sones, al fondo la voz de sus intérpretes que parece salir entre el camino polvoriento:
            "Resistiré, erguido frente a todo
            Me volveré de hierro para endurecer la piel
            Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
 
            Soy como el junco que se dobla
            Pero siempre sigue en pie
            Resistiré para seguir viviendo
            Soportaré los golpes y jamás me rendiré
 
            Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
            Resistiré, resistiré..."
 
            No he hallado otra explicación al porqué de la canción del Dúo Dinámico como cierre de la película que lo que dijo Almodóvar en el citado programa: "Vi una antología del pop español y encontré la letra, esencial para la película", que califica como "una historia de noviazgo forzado, mezcla de convivencia, violencia, ternura y humor, entretenida de ver y seguir". Para la presentadora del programa, Cayetana Guillén Cuervo, "el final es catártico y maravilloso; un final dulce y lleno de optimismo", refiriéndose al encuentro de los tres en el pueblo y a la canción que pone punto final a la película.
 
            "Resistiré" no solo es un "himno a la supervivencia", según Almodóvar, sino que se convierte en un himno a la resistencia, a la que cientos de personas se han asido en tiempos de dificultades, una bandera ante la duda existencial. Estela Raval (1929-2012), cantante de Los Cinco Latinos, grupo musical de los sesenta, tuvo un cáncer; conocía la canción y se aferró a su espíritu, porque lo más importante era luchar y resistir. Ya curada, grabó un álbum titulado "Resistiré" como tema central, disco de oro y premio Gardel 2003. El entrenador del Betis, Chaparro (2006-2009), la ponía a todo volumen por la megafonía del "Benito Villamarín" para insuflar el ánimo y el espíritu guerrero que quería darle a sus jugadores. Y no solo sonaba en los entrenamientos, sino en los momentos claves de todos los partidos que disputaren, que el público coreaba. A los jugadores les subía la adrenalina. Dos semanas antes de terminar la liga, consiguieron su permanencia en Primera División gracias a la moral que les daba la canción.
 
            Casi cincuenta años después de su desaparición y su ruina, Granadilla resiste como un Muro de las Lamentaciones, que invita a volver a ella a la generación de la villa perdida y a otras dos generaciones más de descendientes en la fiesta de su patrona, la Asunción. Muchos de ellos retornan tras su muerte; otros claman no por Ricky ni por Marina, sino como Manolo y Ramón: "Átame" a Granadilla, para que nuestro pueblo sobreviva por encima de la historia aniquilada, en la supervivencia tras los tres éxodos que conociere.                  
          
 

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