martes, 5 de noviembre de 2013

LIMITACIÓN DE MANDATOS PRSIDENCIALES EN EXTREMADURA


No sabemos si lo que pretende el presidente de la Junta de Extremadura es la continua búsqueda diaria de titulares, o de realizar brindis al sol, en un intento de convertirse en la estrella política que no fuere, por más amigos que se buscare para la foto, o asesores que le ofrecen a diario peregrinas ideas que para nada necesitare Extremadura. Cuando los principales problemas parecen aparcarse indefinidamente, como si nada le preocuparen:  el paro que no cesa, los recortes que están acabando con el Estado del Bienestar (sanidad, educación, pensiones, dependencia), la corrupción que no acaba, la huida de los jóvenes al exterior en busca de pan, la resignación de una esperanza perdida en la clase política..., que venga ahora a decir que los mandatos presidenciales en Extremadura se limitan a dos consecutivos, aunque un presidente que haya dejado de serlo puede volver en el futuro a asumir la Presidencia, no deja de parecer una broma de mal gusto, en la que hace perder el tiempo a la Asamblea, al Consejo Consultivo y al Consejo Económico y Social de Extremadura, y de irritar, más aún, a una clase media que por días está dejando de serlo.
              El reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) establece que las copas de la Liga y la Copa del Rey serán propiedad del equipo que la gane tres veces seguidas o cinco de forma alterna. ¿Se habrá fijado Monago en esa ley para dejar la puerta abierta a volver después de dos mandatos consecutivos agotados? Pero, ¿a qué jugamos aquí? A irse para después volver, como Aznar... ¿Qué estupidez es esta? Y si esto se aplica a los presidentes, ¿por qué no aplicarlo también a los diputados de la Asamblea, a los parlamentarios nacionales y a todos los altos cargos de todas las Administraciones Públicas...?
              Tampoco aparece como novedad en su haber, porque ya otros lo propusieron, y ahora quieren volverse atrás, como Aznar, el primero en limitar a dos mandatos la presidencia, y que ahora afirma que "volveré a ser presidente del Gobierno si el pueblo español me lo pide", o como el presidente de La Rioja, que ya propuso cambiar el Estatuto para limitar los mandatos a dos legislaturas cuando lleva cuatro en el poder. ¿Con quién desea marcar diferencias Monago: con la izquierda, con la derecha, con Rajoy, con Aznar, que parece que ahora tiene la puerta abierta más que nunca...?
              Sea como fuere, decir, como afirma que "la política como medio de vida pertenece al pasado", dígaselo no solo al presidente extremeño, a cuyas suelas de los zapatos jamás llegare usted, sino a los diputados que llevan más de cinco legislaturas sentados en la Cámara, o a sus alcaldes, como Celdrán, que ocupó el sillón municipal de Badajoz durante dieciocho años; o aplíqueselo a sí mismo, pero no solo como presidente, sino como político, porque lleva como diputado en la Asamblea desde mayo de 2003, más los siete que fue concejal en su ciudad, más los tres que fue senador del Reino, más los cinco que lleva como presidente del PP en Extremadura... Y aplíquese, también, a sí mismo lo que predica, que dice que incluirá el Estatuto de Altos Cargos: la obligación de publicar las declaraciones de bienes y rentas de todos los cargos políticos en un Portal de la Transparencia y la Colaboración Ciudadana, cuando usted es el único político en España que no ha publicado la declaración de la renta, y no se escude en que no lo hace, como aseguró en la anterior legislatura, porque "yo al señor Ferreira no le digo ni dónde vivo ni mi DNI ni el de mi familia", una carta de presentación que echa por tierra lo que ahora propone, aunque para curarse en salud ya la haya presentado en la Asamblea,  y diga que está a la espera de su publicación...
              Es decir, que usted, en lugar de ocuparse de los asuntos que realmente preocupan a los extremeños, ha optado por hacer una nueva ley en la que se decanta por seguir el ejemplo de aquellos países que permiten la reelección presidencial inmediata, pero prohíben la reelección presidencial indefinida, como Argentina o la Federación Rusa, aunque en España está permitida la reelección presidencial indefinida. Como dice Pérez Royo, "introducir una limitación por ley es discutible, porque la elegibilidad de una persona forma parte de la tradición democrática".
              Pericles, inventor de la democracia, fue el primer ciudadano de Atenas durante cuarenta años, según Plutarco. Dio nombre a su tiempo: el Siglo de Pericles. Fue elegido strategos por la Asamblea desde el 445 hasta el 429 a. d. C. La ciudadanía lo mantuvo en el cargo durante quince años consecutivos, aunque los strategos no ocupaban el cargo de manera vitalicia, sino que se elegían anualmente. El primero de los atenienses durante cuarenta años, fue, sin embargo, destituido de su cargo, juzgado y condenado por malversación de fondos públicos; pero reelegido strategos en el año 429 a. d. C. ante la amenaza de guerra con Esparta.
              El pueblo es soberano y puede elegir a un político cuantas veces lo desee, sin limitación alguna. Otra cosa es la transparencia y el control que hayan de tener los cargos públicos, para no avergonzarnos de sus fechorías y corruptelas, como ocurre hoy.
              Nuestros políticos de hoy cambiarán las leyes, pero no acabarán con el paro ni con la corrupción, que sí terminará con las clases medias y bajas, pero no con una casta creada a la luz de una democracia para el pueblo, pero sin el pueblo, cuyos miembros no lograrán jamás el reconocimiento que tuvo Pericles por su elocuencia, sagacidad, honradez y patriotismo, valores tan necesarios en la España actual, en la que los bolsillos de los gobernantes no son de cristal, como propugnaba el viejo profesor Tierno Galván.

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