sábado, 10 de agosto de 2013

UN SOCIALISTA VALENTINO

           Conociere de primera mano una anécdota que calificare por sí sola la actitud ética de un concejal socialista comprometido con su pueblo: su alcalde hubiere abierto un expediente a un empleado municipal por alguna conducta irregular; le propuso una suspensión de empleo y sueldo de dos semanas. El concejal de Personal que fuere Juan Cava Cantero puso el grito en el cielo: "¡Pero cómo vas a suspenderle de empleo y sueldo, si es padre de tres hijos...!" Y el alcalde revocó su decisión.
 
              Esta actitud que distinguiere a ambos fue el santo y seña de la ejemplar conducta ética y moral de un socialista  que honró el servicio público como entrega al pueblo, y no el de aquellos que lo utilizaren para servirse a sí mismos.
              Juan Cava fue enterrado ayer tarde en su pueblo natal, Valencia de Alcántara. Sirviere a ese pueblo seis legislaturas como concejal, las dos últimas como teniente de alcalde; fue asesor de quien fuere su jefe y consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta. Allí, en la capital regional, trabajando a su lado, conocí su humanidad, su entrega al servicio, su lealtad a sus compañeros, su ética socialista en estado puro; y también, en sus últimos días en Mérida, en 2007, la enfermedad que anteayer se lo llevare. Ni sus compañeros lo sabían. En otra ocasión, en un acto celebrado en la villa, alguien de su partido me comentare en alta voz que le había echado de menos. Le justifiqué su ausencia: "Está enfermo; no sale de casa; recibe ya quimio..." Y se hizo el silencio, hasta ayer tarde en que me comunicaren la triste noticia.
              Estamos de paso en este mundo y no nos hacemos a la idea de perder a seres queridos, amigos, y compañeros que, de imprevisto, se van, y la noticia de su marcha nos deja helados, no por esperada, quizá por indeseada. Porque Juan fue eso; un leal amigo y compañero de sus compañeros; un socialista valentino de cuerpo entero.
              Descanse en paz quien hizo de su vida una entrega a las más nobles causas y puso una sonrisa en su caminar. "Caminante, son tus huellas/ el camino y nada más;/caminante, no hay camino/se hace camino al andar.../ Caminante, no hay camino/sino estelas en la mar"/, como escribiere Machado y cantare un día, y siempre, Serrat.
   

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