miércoles, 12 de junio de 2013

DOS HORAS PARA RENOVAR LA ESPERANZA DE EXREMADURA


              Demasiado tiempo y literatura utilizó ayer el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, en su segundo debate sobre el estado de la región, para lograr un titular en los medios nacionales: la bajada de impuestos que beneficiará al 90 por ciento de los extremeños, con rentas inferiores a 24.000 euros, lo que podría beneficiar a 430.000 personas, lo que para el jefe de la oposición, Fernández Vara,  supone "23 euros por persona y año, equivalente al mes del agua por la tasa que implantó Monago". Utilizar dos horas y diez minutos para hablar de Extremadura, empleo y crecimiento, las palabras más repetidas en la nube de tags con que acogía su discurso, para enumerar las 70 propuestas estratégicas, compendiadas en diez nuevos desarrollos normativos y 60 iniciativas, parece mucha tela por cortar para tan escaso recorrido.
              Comenzó refiriéndose el presidente al "empleo como guía, fin y horizonte", cuando poco antes del comienzo de la sesión nos topábamos con la noticia de la desaparición de otra industria extremeña, en Navalmoral, una de las empresas del sector textil más importantes de la región, y conocida a nivel nacional, que dejará en la calle a unos 140 trabajadores, la mayoría de más de 40 años, que irán al paro, y para los que Monago no hubiere palabras ni planes de futuro, más que para los menores de 30 años, como si el resto no lo necesitare.
              Para Monago, emprender es "la nueva forma de estar en la vida", y habla del futuro, olvidándose del presente, y de las 70.000 personas que han perdido su trabajo en los dos últimos años, en un "discurso escapista, porque ha huido de la realidad" (Valentín García, PSOE) y "futurista", según Pedro Escobar (IU), porque sus propuestas son de futuro y no de presente.
              Bien están el plan de medidas fiscales vinculados al inicio y desarrollo de la actividad empresarial, para garantizar el inicio y desarrollo de la actividad empresarial, los beneficios de la reducción por adquisición de empresas individuales, o la reducción en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, o las tasas vinculadas al inicio de la actividad económica, la innovación e internacionalización de las empresas, la agenda digital, la Red de Escuelas de I+D+I, la educación como motor de futuro para el empleo, la expansión del bilingüismo, revisar el mapa de la Formación Profesional, o la Estrategia de Formación Agraria... Todo eso está muy bien, señor presidente; pero no se empeñe en negar lo que ahora afirma: usted actuó muy rápido en los casos de Caja Rural de Extremadura y Caja Badajoz, y ha llegado tarde en el caso de Caja Extremadura, cuando afirma que "la semana pasada hemos enviado un mensaje muy claro a sus responsables y a Liberbank de que el plan que han presentado a sus trabajadores no solo no nos gusta, sino que nos parece inaceptable", ni afirme que "la receta electrónica está totalmente implantada en atención primaria", porque no lo está; ni haga propia la oferta del SES, que lleva dos años esperando, desde la anterior legislatura; ni pida pactos porque los hubiere cuando se les ofertaron; ni vaya soltando, poco a poco, como propios, los "diez mandamientos" del pacto con IU, como la reforma de la ley electoral...
            Tengo que confesarle que, aun siendo más futurista que presencial, porque habla más del futuro que del presente, y que más pareciere un debate de investidura que sobre el estado de la región, hay cosas que me han gustado, como la rapidez en la intervención cuando se detecte cáncer, o el respaldo a los funcionarios; pero sigue sin gustarme que usted hable en una tribuna, por debajo de la presidencia, donde se dice "Parlamento de Extremadura", o que siga refiriéndose al "Gobierno de Extremadura", en lugar de llamar a las instituciones por su nombre, como dice el Estatuto de Autonomía de la Comunidad. Y estoy con usted en sus palabras finales, recordando al poeta extremeño José Manuel Díez: "Jamás será feliz quien no ha medido la luz de su tristeza en su esperanza." Como los parados extremeños de hoy, incapaces de trocar su estado en esperanza, porque nadie les señalare el camino.



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