miércoles, 18 de agosto de 2010

EL ORDENADOR QUE NO TENÍA DISCURSO POLÍTICO

El secretario general del PP de Extremadura, de cuyo nombre no quiero acordarme, porque nadie conoce su nombre en Extremadura, si acaso el presidente que le nombró a dedo y sus conmilitones, se despachó ayer en una rueda de prensa como una fiera herida que ataca en sus últimos estertores para defenderse de una causa perdida.

Manzano es un “applecito” de apellido, pero sin los recursos intelectuales ni la memoria histórica del disco duro, ni del troyano ni del gusano, que destruyen lo que quisiere defender, pero no pudiere. Ha sido un simple concejalillo de pueblo, un diputado provincial de partido, que no alcanzare ni mereciere por méritos políticos ni el cargo que ostenta ni las palabras que dijere y pretendiere “nuntio vobis ex cathedra”, como si fuere papa de una iglesia que no le hubiere conferido tal jerarquía.

Fernando acusó ayer, y reitera hoy, que dos concejales socialistas de Moraleja están imputados en “unos posibles delitos de prevaricación, tráfico de influencias y fraude y exacciones ilegales”, y se atrevía a anticipar una sentencia, erigiéndose en juez y parte: cinco años de cárcel y 26 de inhabilitación para cargo público. Y se basa para afirmarlo “en los documentos que obran a nuestro alcance del juzgado de Coria que está tramitando la causa”.

No se puede ser más ignorante y atrevido, y tener más desfachatez, que el “applecito” que perdió la memoria que no hubiere. Debería saber, y esto no lo hace público el PSOE, que solo existe un auto del Juzgado número 2 de Instrucción de Coria, de 19 de julio de 2010, en el que solo emplaza a las partes litigantes a declarar y presentar la documentación pertinente en el proceso instado por la alcaldesa de Moraleja en el proceso seguido contra la Empresa Mantenimientos Integrales (MAI), en cuya causa no hay ningún imputado y cuya personación fue aprobada por unanimidad del Pleno el pasado año; por tanto, también del grupo socialista. Resulta evidente, por consiguiente, que si el grupo socialista aprueba personarse en una causa promovida por el equipo de gobierno, nada tiene que temer, porque su conciencia está tranquila.

La citada empresa no fue fundada por los socialistas en la anterior legislatura, porque ya existía. Los encargos que le realizara el equipo de gobierno tenían que ser aprobados por Intervención y posteriormente por la Junta de Gobierno. Nada, pues, que ocultar, porque las facturas obran en el archivo municipal. La sentencia la dictará la juez en su día, pero no el secretario general del PP de Extremadura, que no es quien para decir que dos concejales están imputados, cuando no lo están, ni menos aún para dictar sentencia que no le compete, ni para pedir explicaciones a quien no debiere cuando él debiere dar tantas…, como cuando PSOE e IU se aliaron para asumir el poder tras el pacto firmado por el PSOE con la coalición para gobernar en aquellos pueblos la lista más votada, como por ejemplo en Alcántara (Cáceres) y lo incumplieron.

Manzano se ha atrevido a sentenciar como delitos punibles sus propios deseos, porque no sabe leer, o le informan mal, de los procesos judiciales. Lástima que el PP haya perdido tan buenos portavoces como hubiere en el pasado, a los que Manzano no le llegare a las suelas de sus zapatos, como el Dr. Eduardo Corchero, el malogrado Bernáldez, o su propio abogado Javier Casado, a quienes disputas partidistas o alineaciones legales, les apartaron de un aparato que quiere, y no puede, aspirar a decir la verdad, porque solo es capaz de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Y por si fuera poco, ahora nos enteramos, por la presidenta provincial de IPEX, que su antiguo concejal, David Pérez Chaparro, es concejal no adscrito, porque fue expulsado de la coalición. Jamás oímos tal cosa. Por qué ha esperado tanto tiempo a contar la historia de los documentos firmados en blanco; a proclamar una independencia que nunca fue tal, porque apoyaron siempre al PP; por qué no aclaran que se aliaron en una coalición de “desencantados” socialistas para apoyar a la derecha para lograr sus fines, y no a la izquierda que nunca les diere satisfacciones a sus demandas particulares y no a las generales del pueblo.

Manzano pretende defender lo que no puede, porque hubiere lengua tan larga como la actual alcaldesa de Moraleja, y su mismo estilo político: la mejor defensa es el ataque, aunque no hubiere argumentos, ni razón, sino tan solo en el señalamiento que un día hiciere su jefe de filas, equivocado totalmente en la alineación titular de su equipo, perdido y desarmado en Madrid en las derrotas electorales que hubiere en Extremadura desde el adviento de la democracia. Las ansias de poder son las suyas: las de quienes siempre lo hubieren y lo perdieren en buena lid.

No llores, Manzano, por el poder perdido. Llora, más bien, por tus flaquezas, debilidades e ignorancias, porque tu cabeza no merece ser la segunda de Extremadura en tu partido, sino la última de la fila tras tu Concha descabezada.

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