domingo, 14 de marzo de 2010

ELEGÍA POR UN NIÑO HAITIANO

Do vas, presuroso infante
Que sin conocer la tierra tuya
Tu vida viste desgarrada en un instante.

Do sin techo ya caminas
Por las calles derruidas
Con tu humanidad desvestida
Sin horizonte para tu huida.

Dinos tú que nada tienes
Que por único tesoro hubieres
La vida que en ti respira
En tu limpio cielo sin edenes.

Todo lo perdiste sin nada haber
Tierno infante en tu vida destruida
Sin un beso de amor al anochecer
Ni humana alma en el frío de amanecida.

Do caminas sin escuela
Ni ropas a ti fruncidas
Sin tu alma gemela ya perdida.

No veas el mundo presuroso
Que tan rápido te olvida
En sus afanes presuntuosos
Y en mil bienes abundoso.

¡Oh, pequeño infante desvalido!
Que la tierra no te dio por aventura
Más que tu aire y el sol abatido
Y tus campos todos sin agrimensura.

¡Ay, mi niño, sin regazo oscuro!
Sin mamá que consuele tu desvelo
En la tierra desgarrada por los velos
Huérfano en la pobreza del temblor fiero.

Lléveme contigo este mundo ciego
Que no otra aventura persigo
Que darte el beso que te negare el cielo.




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