miércoles, 28 de enero de 2009

TIROS CONTRA LA MEMORIA














A veces, la realidad supera la ficción; pero la ficción es la narrativa que trata de sucesos o hechos imaginarios; sin embargo, no debe confundirse la ficción con la memoria, ni la memoria puede ser atribuida a la ficción, porque no es algo que pueda ser fingido, inventado, sino recordado por la capacidad intelectual de las personas. Y las hay que tratan de echar por tierra la ficción y por los suelos, la memoria.

Ni la ficción ni la memoria pueden resolverse a tiros, ni olvidarse aun con las cenizas calientes, mientras la obra y la memoria perduren en el tiempo. Hay cazadores de ficción, que no cazan en terreno propio, y cazadores de la memoria, que desearen destruirla para siempre, aún la memoria viva, como aves carroñeras que no tuvieran con qué alimentarse más que con la destrucción por la destrucción misma.


Los sucesos ocurridos en El Torno (Cáceres) no son, por insólitos en nuestro tiempo, novedosos en la historia de la humanidad. Cuatro figuras humanas de tamaño natural, tres hombres y una mujer, agrupadas en “El mirador de la memoria”, fueron tiroteadas tras ser inauguradas. Representa ese conjunto a una mujer, un hombre, un anciano y un niño víctimas de la represión franquista, y es obra del escultor toledano Francisco Cadenilla. Son figuras de hormigón, de unos 300 kilos cada una, situadas en un paraje propiedad del consistorio, con mirador al Valle del Jerte, a cuyo acto de inauguración asistieron el sábado unas 70 personas.


La asociación Jóvenes del Valle del Jerte “Nuestra Memoria” quería rendir así homenaje a los olvidados de la guerra civil y había solicitado una subvención para su ejecución en el marco de la Ley de la Memoria Histórica. Cedenilla, el escultor, acogió el proyecto con entusiasmo, como un homenaje, además, a su abuelo, Leonardo, fusilado en octubre de 1936 en el cerro de Peña Negra (Pepino, Toledo), y conocido como “uno de los cinco de Marrupe”.


La historia se repite. Las autoridades acababan de inaugurar el monumento y se fueron a comer. Poco después, unos vecinos, alarmados, les avisaron de que habían oído ráfagas de fusil, tiros de escopeta y gritos. Todos se fueron al lugar y comprobaron que tres de las figuras habían sido tiroteadas. Cedenilla, el escultor, prefiere no reparar los daños porque se da más significado al homenaje, porque “es impactante –ha dicho-- que a las figuras que representan a los fusilados de la contienda, alguien haya querido volver a fusilarlas”. Les han matado dos veces, como a la patera de Aldeacentenera, quemada por unos desalmados con nocturnidad y alevosía, hace pocos meses.

Evoca este hecho de los carroñeros de la memoria el acaecido durante la guerra civil en el Cerro de los Ángeles, cuando el 28 de julio de 1936, un grupo de milicianos de la República fusiló, entre blasfemias, el monumento al Corazón de Jesús, levantado por suscripción popular en el centro geográfico de España e inaugurado por el rey Alfonso XIII el 30 de mayo de 1919. Lo fusilaron y lo dinamitaron, pero no lograron alcanzar su enorme corazón. Uno de los milicianos, arrepentido de su “heroica” acción, pido al juez trabajar en una iglesia, aunque no le conmutasen la pena, para expiar la ofensa de haber fusilado la imagen.


El Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles fue reconstruido tras la guerra. A la reinauguración, el 15 de julio de 1965, acudió el Generalísimo Franco con todo su gobierno en pleno y la corporación municipal en traje de gala. Fue televisado a todo el país en directo. Se trataba de reparar la ofensa de una España católica, que entonces y hoy, no tan creyente, pero más tolerante, guarda todas las memorias, sin desear herir la de nadie, y menos, como entonces, a tiros. Porque no matarán, como dice el alcalde, Julián Elizo, a un pueblo tranquilo como El Torno, famoso por su paisaje y cerezo en flor, pero nunca por la obra de “unos descerebrados”. Como la de mi tío Dionisio, muerto allí, en el Cerro de los Ángeles, según mi madre, en defensa de la causa nacional que sirviere, pero cuyos restos ignoramos dónde están. Aún hoy, todavía a tiros, como entonces, como ahora, en un intento de aplastar la memoria cautiva de la Historia que nadie podrá matar, ni menos aún enterrar, porque la memoria de los muertos sigue viva entre los vivos.

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Pie de foto:
Un grupo de milicianos de la República durante el fusilamiento al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles el 28 de julio de 1936.




viernes, 23 de enero de 2009

DESEOS DE MONAGO EN MORALEJA





* TERESA ROCA




El secretario general del PP de Extremadura, José Antonio Monago, en su primera excusión informativa por los pueblos de la provincia de Cáceres, ha recalado días atrás en Moraleja y otras localidades para conocer de primera mano las necesidades de las pequeñas localidades rurales, guiado por sus camaradas.


Está muy bien lo del “despacho en la calle”, que no trata en modo alguno de emular al establecido por el Presidente de la Junta, sino de conocer lo que ignora, y de ser conocido más allá de la Alcazaba pacense, donde voluntariamente se recluyó políticamente durante años y donde durante semanas nos mantuvo a los extremeños en la incertidumbre del ser o no ser, ora senador, ora presidente de su partido.


Pues bien, no solo hace lo que debe hacer un político, sino que va más allá de su misión evangelizadora y se atreve a decir en una emisora local lo contrario que sus camaradas no permiten a la oposición socialista. Dijo Monago en sus declaraciones a Radio Interior que “algunos comportamientos no tienen justificación”, abogó por el respeto entre los dirigentes políticos y nos solicitó el fomento de la convivencia en la localidad, al tiempo que también nos pedía “tranquilidad en las relaciones con el ayuntamiento”.


Cabe suponer que sus camaradas de partido no le habrán informado bien y que, con estas declaraciones, haya pretendido darle mimos a quien los requiere de su partido, pero no a quien no los necesita para gobernar, como le insinuaba no hace mucho al Presidente Vara: “Yo me comprometo a hacerme amigo suyo si él quiere, si lo que se siente es solo, pero lo que tiene que hacer es gobernar, no necesitar mimos.”


Más bien, entendemos que Monago se haya querido referir a la alcaldesa de Moraleja al denunciar ciertos comportamientos injustificables (ataques personales, descalificaciones, insultos…), con una fecha de inicio de esa crispación: “mayo de 1995, cuando la señora González entra en política por el PP, desairada por algunos líderes socialistas a los que estuvo muy cercana, en tiempos”.


Ignora el señor Monago los comportamientos de “su” alcaldesa en Moraleja: insultar veintisiete veces en veinte minutos en la radio al alcalde de Vegaviana, nuestra Entidad Local Menor, con “elogios” como paleto, o pobre infeliz, por pedir los 152.000 euros que entendía que le pertenecían a su pueblo, y que aprobó allí su propio partido. Injustificable es que la alcaldesa convierta los plenos municipales en un brutal ataque al PSOE y haga un mitin burdo y mentiroso de la oposición; que se enfrente a todas las administraciones, incluidas las más próximas, Sierra de Gata y Vegaviana; que no solo impida el debate en los plenos, sino que hurte en las actas las preguntas y ruegos del PSOE.


Injustificable es que se salte los acuerdos plenarios, regalando casi 50.000 euros a un señor de Ávila; que no muestre las cuentas de las fiestas de 2007 y 2008; que oculte contrataciones; que no gestione, y se dedique a insultar y a faltar al respeto a los concejales del PSOE de Moraleja; o que les expulse, limitando con ello su libertad de expresión y labor de oposición.


Y gravemente injustificable es poner una rosa con simuladas manchas de sangre, en el escaño del presidente del gobierno, y utilizar la institución municipal para proclamar su apoyo al régimen franquista, ultrajando a la República y mofándose de todo lo que significa progresismo y la izquierda.


Quizá todo esto no se le haya comunicado al señor Monago, con tanto viaje, tantas reuniones y declaraciones en las que solicita lo que él mismo predica y no cumplen ni los suyos.


Le agradecemos su interés por la visita a Moraleja, señor Monago; pero el Grupo Municipal Socialista desea recordarle que seguirá ejerciendo su labor de oposición, denunciando ante los ciudadanos y ante la Justicia las acciones y decisiones que consideremos irregulares que puedan tomar la alcaldesa y su equipo de gobierno.


Nosotros no deseamos la crispación que ella promueve, ni mucho menos los mimos que solicita para enjugar sus lágrimas. El PSOE le tiende la mano con la misma simpatía que ella se la tiende a los suyos, porque nuestra mano también es del pueblo que nos eligió, para dársela en su beneficio cuantas veces lo requiera y sea preciso.

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*La autora es portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Moraleja

(Publicado en el digital Extremadura24horas el 23-1-2009.)

martes, 20 de enero de 2009

CRISIS DE ESPERANZA

Cómo viniste, señora, sin anunciarte.
Por qué llegaste en tan mala hora
Cuando la esperanza acunaba a los pobres
Cuando la abundancia era presa de los ricos.

No hubo paz duradera sin armas
Que no existieren en quienes las vieren
Ni menos en quienes pierden su trabajo
Ni la esperanza en todos los desarmados.

Esclavos somos en el hoy de los cierres
Sin pensar en el mañana que alumbre
La esperanza de los ya sin fuelle
La luz de quienes perdieron su lumbre.

No hay crisis para quienes atinan
La confianza y el compromiso
Como si no fuere propiamente suyo
Ni el hoy ni el mañana que atesoran.

Líbrenos, Dios, de los mensajeros
Que, teniendo los bolsillos llenos,
Propalan males mayores
A quienes siempre fueron perdedores.

No hay justificación ni disculpas
Para enredar la madeja en las ajenas
Sin ahondar en el huso de las culpas
Ni abrir siquiera cauce a las diversas.

Ya lo ha dicho el Presidente:
Hacemos lo que podemos hacer
Sin pensar en el hoy que nos atenaza
Ni dejar de pensar en el mañana de esperanza.

Pura fuente y manantial de futuro
Que en el presente no hallare soluciones
Más las que quisieren poner en su camino
Quienes ven culpas de presente y no afán de futuro.

No repiquen las campanas
Por difuntos inexistentes
Prediquen la esperanza
De los sin techo convalecientes.

Dejen sus críticas en los surcos
Que en un día fueron amasados
Por quienes vivos y desamparados
Arrastran sus días, cargosos, y lluviosos.

lunes, 19 de enero de 2009

LA PRIMERA SERVIDORA

Pocas veces, un discurso de toma de posesión, de apenas algo más de un folio, subsume tan bien, como el de la nueva alcaldesa de Casillas de Coria (Cáceres) desde el pasado sábado, la filosofía y el estilo que deben primar en un político. A saber: la humildad de quien acepta el cargo como servicio a su pueblo; la verdad perdida ante tantas palabras sin concreción alguna; el trabajo común y compartido ante los retos, sobre lo que nos une frente a los que nos diferencia; el compromiso de todos, y los retos de futuro ante la esperanza en la respuesta positiva.

Un pueblo, por pequeño que fuere, es, como subrayó Mónica Martín, la nueva alcaldesa, en su toma de posesión, “diverso, pero plural en sus gentes y formas de pensar”. El reconocimiento de esta verdad puede perderse, como reconoció en el frontis de su intervención, recordando un proverbio árabe, en que aquélla “se pierde con demasiado discurso”.

Acostumbrados, como estamos diariamente, a la retahíla de ampulosos discursos de promesas que se lleva el viento; de mentiras, cuando no de descalificaciones personales, que a nada conducen, el necesario proyecto político conductor y guía de un pueblo se pierde en la desesperanza de los desafortunados de la tierra, al trocarse la verdad de lo que se dice en la mentira de la conducta que pudieron evitar.

La mayoría obliga al respeto de las diferencias, como la minoría al reconocimiento y a la crítica respetuosa de quien, llamado al poder, no debe utilizar éste como apisonadora de los demás, sino que le obliga al diálogo, y no a la crispación; al servicio de todos los que confiaron en unos u otros porque, en las saludables diferencias de opinión, les debe unir un objetivo común: el de mejorar las condiciones de vida de los vecinos.

El humilde reconocimiento de estas verdades por la alcaldesa le llevó a proclamar “desde el respeto y la cercanía”, un deseo: “ser su primera servidora”, la de todos los que apuesten por trabajar por su pueblo. Recuerda esta evidencia del político llamado a servir a su pueblo el pasaje evangélico y las peticiones que le hacían a Jesús los hijos del Zebedeo: “Maestro: queremos que nos concedas lo que te pidamos” y Él le respondió: “Sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quien está preparado. Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder; pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor y el que quiera ser el primero, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate de muchos”. (Marcos 10:35-45).

El servicio al pueblo puede asumirse con esta bella declaración de intenciones, pero no debe traducirse en palabras equívocas, en amenazas o insultos gratuitos, en el absolutismo de quien no admitiere una crítica saludable ni de quien no permitiere en los foros adecuados la palabra a quien la tiene por obligación y devoción, porque es delegada del pueblo.

Cuando se ha perdido ya en respuesta al nombre invocado la palabra “servidor” o “servidora”; cuando se acude al rescate de los señores absolutos de quienes antes oprimieron con su poder y a los oprimidos no les llegan ni las migajas, el discurso de la alcaldesa de Casillas de Coria constituye una pieza oratoria digna de meditación para todos, porque su mano tendida de “primera servidora” de su pueblo la formula desde el conocimiento de la Historia, maestra de la vida; de su corazón y alma de mujer y desde su “esperanza puesta en la respuesta positiva”, con su contador a cero, sin otra recompensa posterior que el reconocimiento de su pueblo. Lo demás, como “el demasiado discurso”, hace que se pierda la verdad misma.